sábado, 12 de octubre de 2013

El 12 de Octubre y el I+D

El viaje  a  America de Colón y su expedición nos puede ayudar a comprender algunos aspectos muy actuales del I+D,  más de quinientos años después.   Se comenta a menudo que los vikingos llegaron a America antes que Colón. Sin embargo,  la relevancia de la llegada de Colón a América estriba en que  Colón y sus patrocinadores comprendieron la importancia del hallazgo, y le sacaron partido.

Así el grafeno, como  casi todos los descubrimientos que por su importancia merecen un escrutinio de la historia, tienen sus propios vikingos y su Colón.    El grupo de Manchester, que merecidamente recibió el premio Nobel en 2010 por sus "experimentos innovadores en grafeno" (for groundbreaking experiments regarding the two-dimensional material graphene),   no fue el primero en observar  un único plano atómico de grafito,  pero si el primero en darse cuenta de la relevancia de su hallazgo lo que les permitió liderar la estampida de trabajos explorando un  nuevo mundo.

Medido en términos de su propósito original, la búsqueda de una ruta de comercio con "las Indias",  el descubrimiento de Colón podría considerarse como un fracaso.  El premio a la audacia de Colón y sus patrocinadores no fue el que buscaban, como ocurre en tantos proyectos de investigación, sino algo diferente, y que terminó teniendo un impacto mucho mayor.  De igual forma, el Viagra se descubrió por accidente en un proyecto de que buscaba una droga para enfermedades cardiovasculares.  Lo mismo ocurre con el Ritalin, que se usa para tratar el trastorno por déficit de atención y que fue concebido inicialmente como un antidepresivo.  El uso de microondas para calentar comida fue descubierto accidentalmente en 1945 por Percy Spencer, un ingeniero norteamericano que estaba trabajando en el mejoras sobre el radar, una tecnología que cambió el curso de la segunda guerra mundial. La lista de descubrimientos por accidente es interminable, e incluye la penicilina, la sacarina, el plástico y la radioactividad y debería ser tenida en cuenta por los responsables de elaborar políticas científicas.

Termino con una reflexión sobre cuánto peor estamos ahora, en términos de liderazgo científico, que en 1492. Aquel año nuestro país pudo patrocinar el viaje de la   expedición de Colón, un cerebro importado, para  llevar a  cabo  una hazaña que, proyectada a nuestro tiempo,  es quizá comparable con enviar una nave tripulada a la luna.    No creo que la situación económica en 1492, con una guerra recién acabada, fuera más boyante que la de ahora.  Cuenta la leyenda, posiblemente falsa, que la Isabel La Católica sufragó el viaje de Colón vendiendo sus joyas.  El contraste con la situación actual se comenta por si solo.

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