lunes, 28 de diciembre de 2015

Empate a 1515: ¿cuál es la probabilidad?



Ayer tuvo lugar la peculiar votación de la asamblea de la CUP (partido político catalán) para decidir si apoyaban, o no, la elección de Mas como presidente del gobierno autonómico de Cataluña.  Tras varias votaciones previas, todas muy próximas al empate,   la última arrojó un empate a 1515.   En esta entrada voy a hablar de cuál es la probabilidad de que algo así ocurra.

En primer lugar, voy a suponer que el voto de cada  miembro de la asamblea era como tirar una moneda al aire, y  voy a suponer que es la misma moneda para todos los votantes.  La moneda puede salir "cara" con probabilidad p, y "cruz" con probabilidad 1-p.  La probabilidad de obtener "k" veces cara,  tirando la moneda al aire "n" veces viene dada por la fórmula binomial:



 Como las votaciones previas estaban muy igualadas,  es razonable suponer que la probabilidad de que cada votante de la asamblea votase una de las dos opciones era 50%, o sea, p=0.5.  El número de votos emitidos (descontando nulos y en blanco) fue n=3030.    Por tanto la probabilidad en cuestión es:


Este número resulta ser aproximadamente igual a 0.0145, o sea, una probabilidad del 1.45  por ciento.  Para hacernos a la idea,  esta probabilidad es muy parecida a la que hay de tirar una moneda a cara o cruz 20 veces, y que salga 15 veces cara.  Dado que la probabilidad de que un décimo sea premiado con el gordo en el sorteo de Navidad es una entre cien mil, el resultado de la votación de la CUP es 1450 veces más probable.

Por último,  nos podemos preguntar como cambiaría este número si aumentamos el número de participantes en la votación.  Siguiendo el razonamiento anterior, y usando la aproximación normal,  la probabilidad de que haya un empate en un referendum con N votantes  es:

Así, si algún día se llega a celebrar un referendum en Cataluña,  y votasen 4 millones de personas, la probabilidad de que haya un empate sería de 28 entre un millón.

En fin, que todo este embrollo nos sirva al menos para aprender un poco de matemáticas.







sábado, 26 de diciembre de 2015

Los empujones de la nada (o el efecto Casimir explicado a mis padres)



En esta entrada voy a hablar de un efecto cuántico fascinante, el efecto Casimir,  por el cuál dos cuerpos sienten una atracción cuya causa última son las fluctuaciones cuánticas de la energía del vacío,  o para decirlo de forma más coloquial, de la nada. No huyáis todavía, voy a  intentar explicar todo esto para que lo entienda cualquiera.  En primer lugar, recordemos qué es una fuerza: si alguien te pega un empujón, ejerce una fuerza sobre ti.   La tierra ejerce una fuerza sobre todos nosotros, que nos mantiene pegados al suelo. También atrae a la luna, que está prisionera orbitando alrededor de la tierra.  A su vez, el sol atrae a la tierra y la luna.  Los imanes ejercen fuerzas sobre otros imanes, que pueden ser de atracción o repulsión.  Todas estas fuerzas "empujan" que a otros objetos a moverse están causadas por un objeto físico: la persona que te empuja, la tierra, un imán.

Ahora el misterio: ¿puede el la nada ser el origen de algún tipo de fuerza?.  ¿Puede la nada  "empujar"?.    En física clásica la nada, o el vacío, no puede ser causa de ninguna fuerza. Las fuerzas son generadas por masas, cargas, imanes y la nada es, por definición, la ausencia de algo, en particular, la ausencia de masas, cargas e imanes.   Poniéndonos casi filosóficos,  ¿cómo podría la nada hacer algo?.   La teoría cuántica nos dice que si. Para entenderlo  hay que introducir aquí la relación entre fuerza y energía, o más precisamente, entre fuerza y variación de energía.   Todos tenemos la intuición de que una caída desde 4 metros es mucho peor que desde 2 metros.  Cuánto más alta es una montaña rusa, más miedo nos da subirnos en ella. Cuando estamos en lo alto de la montaña rusa,   tenemos una "energía potencial" que al iniciar la caída se convertirá en "energía cinética":   perderemos altura y ganaremos velocidad. Podemos así relacionar la fuerza de atracción de la tierra sobre nosotros con la variación  de la energía potencial al perder  altura.  Lo mismo es verdad para casi todas las fuerzas,  que siempre se pueden asociar a la variación de algún tipo de energía con respecto a algún parámetro, más específicamente a la disminución de la energía con un parámetro.

Volvamos a la nada: ¿puede la nada almacenar energía?.   O más concretamente: ¿es posible que un sistema esté desprovisto completamente de energía?. En la teoría clásica esto es así. Pensemos en un péndulo, en el punto de equilibrio y con velocidad cero.  En tal situación, si no actuamos sobre él, el péndulo permanecerá en reposo indefinidamente.  En cambio, el principio de incertidumbre de Heisenberg de la teoría cuántica nos dice que si conocemos con precisión la posición de un objeto, automáticamente desconocemos su velocidad, y viceversa.  Por tanto, si el sabemos que el péndulo está en reposo (velocidad cero),  automáticamente el péndulo deja de estar en la posición de equilibrio, con lo que  que siente  fuerzas, o dicho de otra forma, explora zonas en las que  energía potencial no es constante.   Por lo tanto, en mecánica cuántica un péndulo no puede tener una energía nula, y tiene siempre al menos una cantidad mínima de energía que se conoce como "energía de punto cero". Esta propiedad es extensible a cualquier sistema cuántico

La nada es la ausencia de materia, y también la ausencia de ondas  electromagnéticas, como la radio o la luz, que viajan por el vacío, y transportan energía.  Es conveniente  pensar en las ondas electromagnéticas como la "ola" que hace la gente  en un estadio de fútbol, que es el fruto de la acción conjunta de elementos mecánicos individuales, las personas del estadio.   La energía de la "ola" tiene que ver con el movimiento de cada persona en el estadio. En un sentido matemático, lo mismo ocurre con las ondas electromagnéticas: podemos decir que su energía se almacena en unos entes individuales, llamados "modos" o "fotones".

 Y ya casi estamos:  en física clásica sería perfectamente posible que cada "modo electromagnético" estuviera totalmente desprovisto de energía. En cambio, en física cuántica, cada "modo electromagnético" tiene una energía mínima.   Así, la primera consecuencia de esto es que incluso "la nada" o el vacío tiene energía, debido a las "fluctuaciones cuánticas" del principio de Heisenberg.  De hecho, la cantidad de energía almacenada en el vacío es literalmente infinita.   Esto suena a posible negocio, pero hay un problema: las fuerzas  que mueven el mundo vienen proporcionadas por la variación en la energía con respecto a algún parámetro, y esta energía infinita asociada al punto cero es inmutable... o casi.

Y es aquí cuando viene el efecto Casimir, el físico holandés  que en 1948, trabajando para el laboratorio de investigación de la empresa Philips en Eindhoven,  propuso el efecto que lleva su nombre.    Así como en un estadio el doble de grande cabe el doble de gente, y la ola estaría asociada al doble de personas,  el número de "modos" o "fotones" en los que se almacena la energía electromagnética también aumenta con el tamaño de la región del espacio que consideramos.   Imaginemos dos espejos dispuestos de forma paralela, a una distancia que llamaremos L.   Los espejos reflejan la luz, y por tanto confinan "los modos" electromagnéticos en la región comprendida entre ellos.  Pensemos que ocurre si acercamos los espejos:  disminuye  el número de modos electromagnéticos, y por tanto, la energía del vacío.  Por tanto,  como las fuerzas son proporcionales a la disminución de la energía,  habrá una fuerza que promueva este cambio.  Dicho de otra forma,  los espejos se atraen por culpa de la variación de la energía cuántica de punto cero de los modos electromagnéticos.

¿Cuál es la magnitud de esta fuerza?. Depende de la distancia entre los espejos.  Así, mientras que que la atracción gravitatoria escala con el inverso del cuadrado de la distancia,  la fuerza de Casimir escala con el inverso de la cuarta potencia de la distancia.  Si duplicamos la distancia entre dos cuerpos, su interacción gravitatoria es 4 veces más pequeña, y la interacción de Casimir es 16 veces más pequeña.  Tratándose de la fuerza originada por la energía cuántica de punto cero de "la nada", cabría esperar que  la fuerza de Casimir sea indetectable, pero no es así.  Dado que su magnitud aumenta a distancias pequeñas, la fuerza de Casimir resulta ser un dolor de cabeza para la gente que diseña "nanomáquinas", con elementos separados a distancias muy pequeñas.

Termino esta entrada con un poco de autobombo. Trabajando con unos colegas (y amigos) de Chile, hemos descubierto que las ideas de  Casimir se puede extender a sistemas magnéticos no colineales, en particular a unos bichitos con un nombre digno de serie de ciencia ficción, los "skyrmions". Pero esta historia la tendré que contar en otra entrada.


sábado, 12 de diciembre de 2015

Lotería y la teoría del caos.

Nuestro sentido común, desarrollado gracias a la experiencia cotidiana ,  nos indica que si metemos 100 mil bolitas en un bombo giratorio, y las extraemos  por un orificio situado en la parte inferior,  es imposible predecir la secuencia de salida de las bolas.  Por tanto, este sistema parece un  método adecuado para producir números al azar, o aleatorios.  Esta es la base empírica para el método empleado en el sorteo de la lotería de Navidad, y  aquellos que no han estudiado las leyes del movimiento de  Newton  no podrían sospechar la bella sutileza que me dispongo a exponer a continuación. 

La teoría del movimiento de Newton funciona maravillosamente bien para describir el movimiento de cualquier cosa que no sea demasiado pequeña para estar afectada por efectos cuánticos y que no se mueva demasiado deprisa como para estar afectada por correcciones relativistas. Esto incluye los planetas en el cielo, cualquier objeto que tenga más de 1000 átomos,y ciertamente las bolas del bombo de la lotería. 

Una característica importante de las leyes de Newton es que, dadas la posición y velocidad inicial de uno o varios objetos, y las fuerzas a las que están sometidos,  la trayectoria que ejecutarán queda completamente determinada.  El cálculo de dicha trayectoria suele ser una tarea complicada que requiere el uso de ordenadores, excepto en unas 10 o 20 situaciones, como el movimiento de los planetas,  la caída de los objetos, la rotación de una peonza, el movimiento de un péndulo, así hasta llenar los libros de mecánica que estudian físicos e ingenieros.  Pero aunque a menudo no sea posible calcular la trayectoria de los objetos,  incluso con ordenadores, la teoría del movimiento de Newton  establece que  dicha trayectoria queda determinada por la posición y velocidad inicial.  Esta propiedad se denomina determinismo.  

Esto llevó a Laplace (1749-1827)  a plantear una pregunta inquietante: si el movimiento de todas las partículas del universo está gobernado por las leyes de Newton,  un ser que conociese su posición y velocidad en un instante dado podría predecir el futuro.  Incluso si ese futuro no fuese calculable, estaría totalmente determinado, lo cuál conduce a otras preguntas inquietantes al respecto de nuestra voluntad y nuestra libertad.   Una interpretación ingenua de la teoría de Newton diría que somos autómatas gobernados por las leyes de la mecánica, sin ninguna capacidad de decidir entre dos alternativas. Nuestra historia estaría escrita, y la del sorteo de lotería, también. 

La solución a este preocupante dilema, que nos obligaba bien a  admitir que somos autómatas ejecutando los dictados de las leyes de la mecánica  o a buscar un fallo en la teoría de Newton, se encontró en la década de los 60, al descubrirse el fenómeno que se dio en llamar "caos", una palabra que en su salto  al vocabulario del gran público ha perdido parte de su significado original.   En el contexto de las ecuaciones del movimiento de un sistema,  el caos se manifiesta como un cambio grande en la trayectoria del sistema originado por un cambio arbitrariamente pequeño de las condiciones iniciales.  Así, aunque un sistema "caótico"  sea determinista, en la práctica resulta imposible predecir su comportamiento, debido a que variaciones minúsculas en las condiciones iniciales    dan lugar a cambios enormes en la evolución posterior. 




Cuando año tras año se repite el procedimiento para depositar las 100 mil bolas de sorteo de Navidad, cada una con su número por un lado, y las centenares de bolas con los premios en el otro bombo, el determinismo de Newton y Laplace   nos llevaría  a predecir que el resultado del sorteo sería  el mismo todos los años:  las bolas están inicialmente ensartadas, de manera ordenada, en unas varillas. Éstas se colocan encima de los dos bombos, en un procedimiento que se repite igual cada año, y se dejan caer.   Es posiblemente en este momento donde pequeñas variaciones en la altura y ubicación de las varillas con respecto a los bombos donde se introducen pequeños en la posición de las bolas que terminan produciendo un resultado diferente en cada sorteo.  También es casi seguro que el número de vueltas del bombo, y su velocidad de rotación, es también diferente cada año.

Lo que es casi seguro es que, incluso si pudiéramos conocer con exactitud todos estos detalles,  sería imposible hacer una simulación con un ordenador de la dinámica de las bolitas  del sorteo de la lotería, y anticipar el resultado.    Puede que sea una mala noticia para aquellos que estuvieran pensando en hacerse millonarios haciendo una simulación, pero es una buena noticia para los que queremos pensar que no somos robots que seguimos los dictados de la mecánica de Newton y la sensación de libertad es algo más que un autoengaño.  


domingo, 15 de noviembre de 2015

La auténtica sanación cuántica

El otro día me topé con un folleto prometiendo bienestar espiritual y psicológico aprovechando la "sanación cuántica",  ilustrado con uno  de esos dibujos oníricos con sabor oriental tan del gusto de charlatanes y vendedores de esperanza.   Un par de clicks en google te llevan a descubrir sanadores cuánticos,  bendición cuántica, un libro sobre curación cuántica, testimonios de gente que ha sanado mental, emocional y físicamente, gracias a  la "milagrosa energía cuántica",  y todo esto sin salir de España.  

Lo que es la vida: 25 años estudiando física cuántica  en libros, artículos, asistiendo a conferencias y seminarios, hablando con científicos profesionales, y me vengo a enterar del potencial de la física cuántica para curarte usando técnicas alternativas leyendo un folio pegado a una farola.    Es obvio que los charlatanes y timadores llevan ya décadas tomando prestadas palabras del ámbito de la ciencia para aprovecharse  de incautos, desesperados, y de ese ejército de gente deseando creer cualquier chorrada.    Por omisión, los científicos le hacemos un poco más fácil la labor de engaño y pillaje de sanadores cuánticos, homeópatas y otras variedades de comedores de flores.  Por un lado,  no hemos logrado introducir con suficiente intensidad en sistema educativo el empleo del espíritu crítico y el escepticismo como hábito intelectual.  En segundo lugar,  no le damos suficiente publicidad a la relación entre  los avances científicos y el desarrollo tecnológico del que toda nuestra sociedad disfruta.

 Lo más irónico  de todo es que la medicina convencional hace uso de multitud de técnicas de diagnóstico y terapia que  han sido desarrolladas gracias la teoría cuántica, la  de los libros de mecánica cuántica de la facultad de Ciencias,  a no confundir con  folletos pegados con celo en las farolas de la ciudad.   Sin ser un experto en física médica,  aquí van unos cuantos ejemplos.

  1. Resonancia magnética nuclear (RMN). Esta técnica se usa para tomar imágenes tridimensionales  de tejidos y diagnosticar tumores intracraneales sin necesidad de exponer el cuerpo a radiaciones, como ocurre en las radiografías que requieren bombardearnos con rayos X.    Los principios físicos de la resonancia magnética nuclear   se fundamentan en varios descubrimientos centrales de la teoría cuántica: que los átomos tienen un núcleo atómico, que los núcleos atómicos se comportan como pequeños imanes, que estos imanes tienen niveles de energía cuantizados, y que el ritmo al que pierden energía tiene que ver con las propiedades del medio en el que se encuentra el átomo, que se puede a través de agentes de contraste magnético, que son unas maravillosas moléculas paramagnéticas.   En otra entrada del blog explicaré todo esto con más detalle 
  2. La luz láser se usa para diagnosticar y  tratar ciertos tipos de cancer, en cirugía plástica,  para destruir piedras en el riñón, entre otros.  Aunque todo  el mundo tiene un láser en su casa, metido en la cabeza lectora del DVD,   casi nadie sabe que se trata de un tipo de luz generada mediante un fenómeno de física cuántica, llamado emisión estimulada de luz, que fue postulado por Einstein.  La palabra laser es en realidad un acrónimo de "Light Amplification by Stimulated Emmission of Radiation". De alguna forma, a la luz le gustan las avalanchas: la probabilidad de emitir luz fotones es proporcional al número de fotones previamente emitidos.  A diferencia de la luz convencional, emitida por el sol, el fuego o una bombilla, la luz laser es monocromática, se propaga en una única dirección y es  coherente. 
  3. Electrónica.  Al igual que casi cualquier otro ámbito  de la tecnología de los últimos 40 años, la medicina también se ha beneficiado enormemente del desarrollo espectacular de la electrónica.  A su vez, tal y como he discutido en alguna entrada anterior,  el desarrollo de la electrónica no habría sido posible sin la mecánica cuántica.  
Por tanto,  la sanación cuántica existe, pero no es el fruto de técnicas ancestrales místicas, sesiones de meditación en la posición del loto,  apertura de chacras, mantras, gemas, y  "hierbas de planetas".  La sanación cuántica tiene que ver con niveles de energía,  principios de simetría,  la indistinguibilidad de las partículas elementales, y otras maravillas que requieren años de estudio de física, química y matemáticas y el talento y el esfuerzo  de científicos, ingenieros y médicos.    

miércoles, 16 de septiembre de 2015

El CSIC contratando con telégrafo en la época del whatsapp

Vuelvo al  blog con un tema que, como cuento más abajo,  me ha caído directamente encima: el método digno de Kafka empleado por el CSIC para cubrir puestos de "investigador distinguido", una nueva modalidad de contratación de caracter permanente, no funcionarial (que es casi lo único bueno que podré decir de este tema) .   El problema es que estamos en 2015,  y el CSIC sigue funcionando con métodos para decidir quien ocupa los puestos que son de la época del gramófono y los coches a caballo, y no exagero.  Uno se pregunta, retóricamente,  si una institución cuya misión es innovar e investigar no podría aplicarse el cuento en materia de "procedimientos selectivos"  de contratación.

 Antes de contar el procedimiento pavoroso que usa  el CSIC, recuerdo cómo se hacen estas cosas en los mejores centros de investigación del mundo,   tales como  universidades top del ranking de Shangai,  o los centros de investigación, tipo Max Planck Institute, o para no irse fuera de España,  el ICFO, o el Nanogune.  En primer lugar, los puestos ('openings' en inglés) se anuncian en revistas de difusión internacional, para maximizar e  número de potenciales candidatos, a escala internacional.  Postularse a uno de estos puestos es sencillo: basta con  enviar  el curriculum vitae (en formato libre),  una descripción de los intereses como investigador (1 o 2 páginas),  y tres  cartas de recomendación, de colegas que no trabajan en la institución contratante.   Normalmente se reciben más de 100 solicitudes por puesto.   Los candidatos no han de enviar  fotocopia compulsadas de nada (ni DNI, ni título de doctor, ni documentación acreditativa de nada).

¿Cómo se decide quien gana el puesto?.  En primer lugar, el centro de investigación en cuestión designa un comité de contratación (3-5 personas).   Ese comité está compuesto, mayoritariamente o incluso exclusivamente, por personas de la institución contratante.  Es lo normal: son ellas las que van a ser los compañeros de la persona que se lleve el puesto durante dos o tres décadas.   Aclaro que en el proceso de designación del comité se consulta a los interesados,  una deferencia que el CSIC no considera necesaria, como cuento más abajo.  La inmensa mayoría de las solicitudes es filtrada en una primera fase, sin necesidad de que los postulantes deban hacer acto de presencia.  El comité hace así una "lista corta" ("short list" en inglés) con unos pocos candidatos (4-6) a los que se invita, a gastos pagados,  a acudir a la institución contratante. Allí deben dar un seminario, y son entrevistados por el comité y además a menudo se organiza una agenda de visitas a investigadores de la institución contratante.   Con todo, el comité toma una decisión y hace una oferta.  Esta oferta suele incluir unas condiciones salariales y un "start-up package", expresión inglesa para la que no tenemos traducción por falta de uso en España: dinero que se entrega al candidato ganador del puesto para que monte su laboratorio, comprando equipo y contratando gente.

Ahora veamos como hace esto el CSIC, en un caso que me toca de lleno.  Allá por el mes de diciembre de 2014,  se publica en el BOE , en español,  un texto de 24 páginas donde ofrece no uno, sino 25 puestos, 17 para el CSIC y el resto para  otros organismos públicos . Ya en ese BOE se publica el nombre de las personas designadas para participar en los "tribunales" (lo que en el extranjero es  un comité).  Así,  mi nombre fue publicado en el BOE de diciembre de 2014, sin  mediar consulta previa, algo que no supe hasta 4 meses más tarde, en Marzo de 2015.

Pero aun hay más: se pide tanta documentación a los potenciales candidatos que, en un primer momento, 13  de los 20 candidatos que se han logrado  postulado al puesto a cuyo tribunal he sido asignado, son rechazados por defecto de forma.  En segunda instancia han logrado entregar la documentación,  cuya descripción ocupa más de una página (del final de la 3, al comienzo de la 5)  en el   BOE  .   Por ejemplo: 
"Así mismo, junto con la solicitud, deberá también acompañarse de una fotocopia de la titulación de Doctor/a, y de fotocopia del certificado que acredite la experiencia profesional de cinco años a la que se hace referencia en la base 3.5 de esta convocatoria. En el caso de titulaciones obtenidas en el extranjero la copia de la convalidación o de la credencial que acredite, en su caso, su homologación, se deberá disponer de la misma y presentarla en el plazo previsto en el en el apartado 8.1 para la entrega de la documentación."
Toda esta documentación debe se entregada en "se realizará en soporte papel, rellenando e imprimiendo el modelo 790",  y con prisas "en el plazo de veinte días naturales contados a partir del día siguiente al de la fecha de publicación de esta convocatoria en el «Boletín Oficial del Estado» "

El 13 de Octubre están convocados a presentarse los 20 candidatos. Cada uno tendrá media hora para exponer sus méritos, y el tribunal una hora para preguntar.  Todo esto ocurre  en un acto público en Madrid. Por supuesto, el CSIC no cubre gastos de ningún tipo.   Vaya usted a explicarle esto a un potencial "Investigador Distinguido" del Max Planck, que quisiera venir a España a investigar.

 Por no extenderme,  continuaré sobre este tema otro día.   Lo dejo aquí invitando al lector a reflexionar sobre lo contento que   me he puesto al saber que, de no producirse algún cambio,  me voy a pasar una o dos semanas en Madrid, porque alguien así lo ha dispuesto y lo ha publicado en el BOE sin preguntarme.  Ahora estoy buscando como solucionar algunos problemas logísticos como quien va a llevar mis hijos al cole por las mañanas,  recogerlos los días que a mi mujer le resulta imposible hacerlo por su trabajo, por no hablar de mis propias responsabilidades laborales.

miércoles, 1 de julio de 2015

¿Es rentable no investigar?

A los científicos nos gusta pensar  la inversión en investigación básica es una inversión económicamente rentable para la sociedad.   De igual manera,  el gran público piensa que la investigación científica está destinada a resolver problemas prácticos, y por tanto  la inversión en I+D y los avances científicos redundan de forma tangible e inmediata en beneficios para la sociedad.  Así, cuando los científicos  hacemos un descubrimiento de esos que llegan a interesar un par de días a los medios de comunicación,  siempre nos preguntan por las "aplicaciones"  de tal o cual avance científico, bajo la premisa implícita de que el valor añadido de los avances científicos son las aplicaciones. 

Los defensores de la relación causal entre inversión en investigación y desarrollo económico suelen argumentar que los países más ricos son los que más invierten en investigación.  Sin embargo, la relación entre estas dos variables me recuerda al famoso problema del huevo y la gallina. 

Por otro lado, si uno cuestiona la rentabilidad de la inversión en investigación fundamental,  puede llegar fácilmente  a dos conclusiones diferentes, ambas erróneas.  La primera sería que hay que invertir en "investigación aplicada", para asegurar así el retorno de la inversión. El problema es que casi nunca se puede anticipar la utilidad de un proyecto de investigación. Demasiado a menudo descubrimientos que terminan siendo muy útiles, como la penicilina, el microondas, la viagra,  son el resultado de descubrimientos accidentales.  Si fuera fácil adivinar qué investigación hay que financiar para asegurar un retorno mayor,  el mundo estaría lleno de centros de investigación autofinanciados,  dedicados a proyectos "aplicados", generando dinero.  Y no es así. 

La segunda conclusión errada, que es en la que parece que está el gobierno actual, es que la inversión pública en investigación es un gasto no prioritario, sacrificado  en el altar de la reducción del déficit.   En este caso el  error consiste en que, aunque no sepamos con certeza cuánto y cómo ayuda la inversión en  investigación fundamental a construir una sociedad mejor, si que estamos seguros de que recortar en esta partida no nos conduce por la senda adecuada.   Un país que investiga menos, tiene gente peor preparada para afrontar los desafíos y aprovechar las oportunidades que las revoluciones tecnológicas que se van a generar en los países que si investigan.  Por tanto,  la pregunta que si podemos responder es la del título de esta entrada. ¿Es rentable NO investigar?.  Y la respuesta es, sin lugar a dudas, "no".  

miércoles, 3 de junio de 2015

Proyectos de investigación frente a programas electorales

Me dio  por pensar el otro día  que  los programa electorales presentados por los partidos políticos para concurrir  a las elecciones tienen algo en común con los proyectos de investigación que escribimos los investigadores: ambos son el documento que presentamos   en nuestra competición   para lograr  puestos públicos y acceso a presupuesto.

En un proyecto de investigación el científico procura dar un breve relato imparcial de cuál es la situación de un determinado problema, propone unas objetivos, expone qué métodos va a emplear para lograrlos,  propone un plan de trabajo detallado, con un cronograma en el que se anticipan los plazos en los que se espera conseguir resultados, y solicita presupuesto   pormenorizado en una tabla,  para llevar a cabo el trabajo.  El proyecto es evaluado por otros expertos, en convocatorias de carácter competitivo, en las que al igual que ocurre en las elecciones, unos ganan y consiguen el dinero o el puesto, y otros se quedan sin nada.

Influido con esta forma de pensar,   me  puse a leer programas electorales de Madrid.  Me llamó la atención su estilo amateur,  plagado de buenas intenciones e imprecisión  y su sintaxis deslavazada.   En algunos casos el programa se reducía a un decálogo en una página.  No encontré cronogramas con plazos de ejecución ni tablas con presupuestos.  No esperaba otra cosa, dado que los proyectos se escriben para que los lean unos pocos expertos, y los programas se dirigen a toda la ciudadanía.  Con todo,  da qué pensar que  la escritura de  un proyecto de doscientos mil euros al ministerio, que te va a financiar un estudiante de doctorado,  requiera rellenar una memoria de 20 o 30 páginas,  y el programa electoral para gobernar la capital del país con un presupuesto de más de 4 mil millones de euros  pueda ser una cuartilla, o un texto que parecía redactado por estudiantes de secundaria.

lunes, 4 de mayo de 2015

¿Falta de "obediencia debida" en la Complutense?

Me gustaría poder emplear el poco tiempo que le dedico últimamente al blog  a temas más edificantes,  pero la siguiente historia es protagonizada, muy a su pesar,  por tres personas a las que  tengo la suerte de conocer personalmente,  Jacobo Santamaría, María Varela y Carlos León.

El pasado mes de enero de 2015, el rector de la Universidad Complutense de Madrid  firmó la suspensión de empleo y sueldo  del   Catedrático   Jacobo Santamaría y  del profesor titular Carlos León, por 20 y 7 días, respectivamente. Este es el desenlace del  expediente disciplinario promovido por  el director de su  Departamento (Física Aplicada III),  el profesor José Juan Jiménez,   en el que  se les atribuye,  literalmente,   "la comisión de una falta grave, tipificada como la falta de obediencia debida a los superiores y autoridades".

El origen  del litigio es el reparto de espacios (despachos y laboratorios) en el departamento, que  ha afectado gravemente   a otra  profesora  titular del mismo departamento,  María Varela, ganadora de la muy prestigiosa ERC grant, dotada con más de 1.5 millones de euros, y que ha tenido que trasladar sus equipo de trabajo fuera del departamento.  También se le abrió expediente, aunque finalmente  no se le sancionó, al  investigador contratado Ramón y Cajal Javier García Barriocanal.   Sin embargo, éste comunicó a finales del mes de marzo de 2015 su decisión  de  abandonar la UCM e irse a trabajar a Estados Unidos, por sentirse acosado "personal" y "profesionalmente" por parte del director del Departamento.

Por tanto, el balance para el departamento de Física Aplicada III es:  un investigador Ramón y Cajal que abandona el puesto, una profesora con un proyecto millonario que tiene que instalarse en otro Instituto,  ambos con trayectorias académicas brillantes, y  la sanción a dos profesores con las siguientes credenciales:  el catedrático Santamaría dirige el Grupo de Investigación Complutense Física de Materiales Complejos (GFMC),  es el gestor de la Subdirección General de Proyectos de Investigación, área de Materiales, Fellow de la Sociedad Americana de Física.   Es autor de más de 200 publicaciones internacionales, ha dirigido   9 Tesis Doctorales.  El profesor Carlos León , es vocal de la junta directiva del GEFES,  ha publicado más de 150 artículos, ha dirigido 5 tesis doctorales.  Entre las publicaciones de los profesores sancionados cabe destacar 2 en Science,  2 en Nature Physics, y una buen número de publicaciones en Physical Review Letters, la revista insignia de la American Physical Society.

Hasta aquí los hechos,   recogidos en parte en  un artículo de prensa el otro día, así como en televisión (http://www.telemadrid.es/programas/zoom-telemadrid/trabas-los-investigadoreshttp://www.telemadrid.es/programas/diario-de-la-noche/diario-de-la-noche-14042015).  

 Y ahora, unas cuantas preguntas:

Dejando de lado, por un momento, consideraciones personales: ¿no le preocupa a la UCM perjudicar tan gravemente  a investigadores cuya destacada labor profesional  mejora la imagen de la universidad y debería ser motivo de orgullo, y no de sanción?.

 ¿Cuántos profesores han sido sancionados con suspensión de empleo y sueldo,  en la UCM en particular, y en las  universidades públicas españolas en general,  en las últimas 3 décadas? Como no conozco ningún caso, le pregunto a google: un caso en 2002, en el que el profesor sancionado fue denunciado por más de 100 alumnos por comparar homosexualidad y pedofilia, entre otras lindezas,  y un puñado  de profesores en los 80 ... por no dar sus clases !.

¿Qué porcentaje del profesorado de la UCM puede presumir de unas calificaciones académicas comparables a las de los profesores sancionados? ¿Cuántos de los más de 5000 profesores de la plantilla de la UCM han publicado en Science?  ¿Cuántos han  obtenido el ERC grant?

 Si el expediente sancionador mencionado más arriba lo hubiera firmado el alcalde de Bilbao (que cuenta con un presupuesto anual de cerca de 500 millones de euros, casi igual al presupuesto de la UCM)  ¿habría pasado esta noticia casi desapercibida?.  ¿Y si hubiera sido el alcalde de Alicante, que maneja la mitad de presupuesto?.   Digo esto para llamar la atención sobre el alto grado de exigencia que, justamente,  le pedimos a los políticos de instituciones que manejan presupuestos y plantillas parecidos a los de las Universidades, y lo poco que vigila la sociedad a los rectores. 

La última, pero la más importante de mis preguntas: nos quejamos mucho de la fuga de cerebros debida a los recortes.  ¿Vamos a callarnos ante la marcha de Javier García  Barriocanal, provocada porque el departamento al que está adscrito su grupo no ha querido darle espacio para trabajar?.

Tengo mucho que decir sobre todos estos asuntos, pero poco tiempo.  No quiero concluir sin volver a poner la lupa sobre el concepto de "falta de obediencia debida a los superiores y autoridades" invocado en el expediente disciplinario que firma el rector, José Carrillo,  para sancionar a mis colegas.  A esta frase le pasa lo que a otras como  formación del espíritu nacional, o unidad de destino en lo universal, que es imposible imaginarlas en colores y se ven en blanco  y negro.  Señor rector, señor director del departamento,  parafraseando a mis colegas,  quizá sería mejor que el celo que han puesto en que se respete el orden establecido lo pusieran en asegurar que ese orden sirve para trabajar.    Lo dejo aquí, de momento.


domingo, 1 de marzo de 2015

¿Es el sistema universitario español sostenible?

La secretaria de Estado de Universidades  ha dicho   que el actual sistema universitario  "no es sostenible y, por lo tanto, tendremos en algún momento que iniciar el debate sobre qué tipo de sistema queremos»". Las causas de esta situación son, según la secretaria de Estado,  que España tiene " una de las tasas más bajas de matrículas, impuestos bajos y prácticamente ninguna selección [de alumnos] para acceder a la universidad".  


Tanto el contenido como el momento  de estas declaraciones son sorprendentes,   pocos días antes de la huelga convocada por los estudiantes en reacción al decreto "3+2", al que se acusa de ser un plan velado para jibarizar y/o privatizar la universidad pública.    Pero además,  Gomendio fue nombrada secretaria de Estado al comienzo de esta legislatura, que ahora llega a su fin plagada de citas electorales.  ¿Qué ha estado haciendo la Secretaria de Estado estos 3 años y 3 meses?.  Hace ya más de dos años, el 12 de Febrero de 2013 para ser más exactos, que se le entregó al ministro el informe de la comisión de sabios "Propuestas para la reforma y mejora de la calidad y eficiencia del Sistema Universitario Español" (SUE).  El informe,  disponible en la página web de uno de sus autores, Adolfo de Azcárraga,  es uno de los documentos más cabales  que se han escrito sobre el SUE, lleno de propuestas de reformas viables, sensatas y convenientes.  Dichas propuestas  habrían sido un buen punto de partida para iniciar un debate, hace dos años,  y no "en algún momento", como ha dicho la Secretaria de Estado, como si el asunto no fuera de su competencia, como si no hubiera prisa, y como si no fuera de vital importancia.

 Parece que Gomendio está diciendo que España tiene demasiados estudiantes universitarios, o pocos impuestos,  o matrículas bajas.    Me quedaría más tranquilo si Gomendio dijera que desde su ministerio se van a partir la cara para asegurarse que ningún estudiante con talento queda fuera de la universidad por falta de medios.  Y sobre todo, me gustaría que desde el ministerio se liderase el empeño de asegurar que nuestro sistema universitario se convierte en un motor de desarrollo económico, en una agente de promoción de la competitividad y el talento,   y no en lo que es ahora, algo mediocre y empobrecido.

La misma semana que Gomendio ha hecho estas declaraciones,  en Valencia han hecho una "mascletá histórica". Han quemado 3500 kilos de material pirotécnico, provocando un estruendo que ha durado 15 minutos, y sobre el cual nadie plantea la necesidad de iniciar debates sobre su sostenibilidad.  Pareciera que  el problema de España es que hay demasiados universitarios, o que los alcaldes meten la pata en los pregones, y no que estemos de cachondeito, petardos, toros, fiesta y tardeo  mientras que tenemos gravísimos problemas estructurales cuya única solución es que mejoremos radicalmente nuestro sistema educativo para cambiar a un modelo económico más productivo y sostenible.




martes, 3 de febrero de 2015

Discusiones estériles

Si algo podía sacarme del impasse bloguero, causado por unas cuantas peticiones de proyectos y otras obligaciones,  era la última pelea entre Wert,   50 rectores,  y los sindicatos de estudiantes con sus entrañables aprendices de político.  El debate no es sobre la (mediocre) calidad de la educación, ni sobre sus (mejorables) resultados, ni sobre la (patética) inserción de los egresados en el mercado de trabajo, ni sobre las (escasísimas) actitudes emprendedoras de nuestros licenciados, ni sobre el (nulo) esfuerzo que hacen las universidades por mitigar la fuga de cerebros provocada por la (lamentable) gestión de la política científica del gobierno y los (severos) recortes en el presupuesto  de I+D.

El follón lo ha originado el ministerio por que se la ha ocurrido flexibilizar la duración de grados y masters.  Este Wert es el mismísimo diablo. ¿A qué clase de ser maligno se le ocurre permitir que las universidades y las comunidades autónomas puedan ofrecer grados de 3 años, además de los de 4, y  masters de 2, además de los de un año?.  Este tipo no tiene corazón, ni cerebro, ni pelo, y si se lo dejamos a los estudiantes sindicalizados,  le dejan sin piernas ni brazos.

 Ironías aparte,  cuando uno lleva desde el 1989 metido en la cosa universitaria española, todo este follón le resulta previsible, aburrido, demagógico  y estéril.   Es previsible que cualquier decisión que tome un ministro de Educación con respecto a las universidades, normalmente tras larguísimos periodos de consulta,  sea respondida con golpes en el pecho y acusaciones de aviesas segundas intenciones.   Es aburrido llevar 4 décadas, 4 presidentes del gobierno, 3 papas,  2 reyes y nada menos que 11 (once)  ministros de Educación (Javier Solana,  Alfredo Pérez Rubalcaba,  Gustavo Suárez Pertierra, Jerónimo Saavedra, Esperanza Aguirre, Mariano Rajoy, Pilar del Castillo,  María Jesús San Segundo, Mercedes Cabrera, Angel Gabilondo, Wert),   escuchando que hay un plan perverso para privatizar la universidad.  El plan puede que sea muy perverso, pero además, es enojosamente lento. Desde el 89 se han privatizado Telefónica, Iberia, Indra, Santa Bárabara,  Repsol, Tabacalera, las Cajas de Ahorros,    pero esto de la universidad  no lo privatiza ni dios, ni Bolonia, ni el euro, ni Wert, ni nadie.  En 2010,  en  Inglaterra,  Cameron triplicó las tasas universitarias. ¿Se lo imaginan en España?.  

Lo cierto es que nuestro sistema universitario es un proyecto zombie.  Wert  encargó a una comisión la elaboración de un informe sobre el sistema que dejó bastante claro sus numerosas debilidades y propuso una serie de cambios.  Los rectores le echan la culpa de todo a la falta de financiación, que es una verdad a medias,  y lo que es peor, una excusa para no hacer sus deberes.  Lo peor de todo es que para cambiar el sistema universitario de verdad hay que poner a demasiados actores de acuerdo (gobierno, futuro gobierno, comunidades autónomas, universidades), y que los debates que importan no están encima de la mesa. Por ejemplo:  ¿cuánto tiene que aumentar la productividad de nuestra economía para que  la generación que se sienta ahora en las aulas pueda hacer frente al pago de las pensiones de sus mayores?. ¿Vamos en el buen camino para eso?.