miércoles, 1 de julio de 2015

¿Es rentable no investigar?

A los científicos nos gusta pensar  la inversión en investigación básica es una inversión económicamente rentable para la sociedad.   De igual manera,  el gran público piensa que la investigación científica está destinada a resolver problemas prácticos, y por tanto  la inversión en I+D y los avances científicos redundan de forma tangible e inmediata en beneficios para la sociedad.  Así, cuando los científicos  hacemos un descubrimiento de esos que llegan a interesar un par de días a los medios de comunicación,  siempre nos preguntan por las "aplicaciones"  de tal o cual avance científico, bajo la premisa implícita de que el valor añadido de los avances científicos son las aplicaciones. 

Los defensores de la relación causal entre inversión en investigación y desarrollo económico suelen argumentar que los países más ricos son los que más invierten en investigación.  Sin embargo, la relación entre estas dos variables me recuerda al famoso problema del huevo y la gallina. 

Por otro lado, si uno cuestiona la rentabilidad de la inversión en investigación fundamental,  puede llegar fácilmente  a dos conclusiones diferentes, ambas erróneas.  La primera sería que hay que invertir en "investigación aplicada", para asegurar así el retorno de la inversión. El problema es que casi nunca se puede anticipar la utilidad de un proyecto de investigación. Demasiado a menudo descubrimientos que terminan siendo muy útiles, como la penicilina, el microondas, la viagra,  son el resultado de descubrimientos accidentales.  Si fuera fácil adivinar qué investigación hay que financiar para asegurar un retorno mayor,  el mundo estaría lleno de centros de investigación autofinanciados,  dedicados a proyectos "aplicados", generando dinero.  Y no es así. 

La segunda conclusión errada, que es en la que parece que está el gobierno actual, es que la inversión pública en investigación es un gasto no prioritario, sacrificado  en el altar de la reducción del déficit.   En este caso el  error consiste en que, aunque no sepamos con certeza cuánto y cómo ayuda la inversión en  investigación fundamental a construir una sociedad mejor, si que estamos seguros de que recortar en esta partida no nos conduce por la senda adecuada.   Un país que investiga menos, tiene gente peor preparada para afrontar los desafíos y aprovechar las oportunidades que las revoluciones tecnológicas que se van a generar en los países que si investigan.  Por tanto,  la pregunta que si podemos responder es la del título de esta entrada. ¿Es rentable NO investigar?.  Y la respuesta es, sin lugar a dudas, "no".